Evaluación del desarrollo – Lecciones aprendidas durante la pandemia de Covid-19
La pandemia de Covid-19 cambió la forma en que muchos clínicos tuvieron que abordar y llevar a cabo las evaluaciones del desarrollo. Una evaluación exhaustiva del desarrollo implica la recopilación de múltiples fuentes de información sobre el bebé o el niño de corta edad procedentes de personas conocidas de diversos entornos. De este modo, los médicos empiezan a hacerse una idea del niño, de sus gustos y aversiones, de sus puntos fuertes y de sus puntos débiles. Sin embargo, se considera necesario el compromiso individual con el niño, la observación directa y las pruebas cara a cara para obtener información importante directamente del niño. Griffiths III es una medida exhaustiva y adaptada a los niños que evalúa cinco dominios de aprendizaje y que tradicionalmente se administra a niños individuales desde el nacimiento hasta los 6 años. La pandemia de Covid-19 hizo que los médicos no pudieran evaluar a los niños de la manera habitual, cara a cara. Los clínicos de todo el mundo, formados en el uso de Griffiths III, tuvieron que idear formas innovadoras de llevar a cabo sus evaluaciones. Griffiths III también requiere una formación teórica y práctica en su administración para garantizar la validez y la fiabilidad para obtener resultados e interpretaciones precisas. La formación en su uso se redujo considerablemente durante la pandemia. Los tutores de Griffiths III de todo el mundo tuvieron que idear formas de satisfacer la demanda de formación que garantizaran que quienes administraran la prueba lo hicieran en el formato estandarizado y fiable requerido.
Hilary Lane
Asociación para la Investigación del Desarrollo Infantil (ARICD), Reino Unido
Hilary Lane es psicóloga colegiada y miembro asociado de la Sociedad Psicológica de Irlanda. Es miembro de la Association for Research in Infant and Child Development, con sede en el Reino Unido. Trabajó durante muchos años como psicóloga principal y responsable clínica de la intervención temprana en un centro para niños con necesidades neurológicas y complejas.
Hilary es coautora de la Escala Griffiths III (Griffiths Scale of Child Development – 3rd Edition, 2016), que es una medida integral del desarrollo utilizada en todo el mundo para evaluar los puntos fuertes y las necesidades de los bebés y los niños pequeños. Sus intereses incluyen la evaluación justa y precisa de las necesidades de cada niño; la intervención informada por la evaluación individual y el desarrollo temprano de las habilidades emergentes de un niño, particularmente en las áreas de desarrollo social y emocional.
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